Crónica de un desguace anunciado

“Por los ángeles de alas verdes de los quirófanos

Por los ángeles de alas blancas del hospital

Por los que hacen del verbo cuidar, su bandera y tu casa

Y luchan porque nadie muera en soledad”

(Sumario Noticias, Alta Gracia) Si hubo profesiones visibilizadas durante 2020, sin dudas fueron las dedicadas a la atención de la salud. La pandemia del coronavirus covid-19 generó que todos los trabajadores de diferentes especialidades y principalmente aquellos que se desempeñan en clínicas y hospitales estuvieran en boca de todos. En muchas ciudades, los vecinos se organizaron para a determinada hora salir a los balcones y ventanas a aplaudirlo. Numerosos comercios realizaron donaciones o decidieron no cobrarles a los trabajadores de la salud. A las canciones, homenajes y elogios para quienes trabajan en la primera línea contra la pandemia, se les añadió una palabra para definirlos: héroes.

Sin embargo, el relato de heroicidad le atañe a la realidad tintes ficcionales. Los profesionales de la salud no son Hércules, Prometeo, Súperman o  el Increíble Hulk. Son trabajadores que viven la misma realidad que la mayoría de los empleados, con el plus de estar más expuestos al covid y verse obligados a exponer también a sus familias. Desde hace meses, la Unión de Trabajadores de la Salud denuncia falta de condiciones laborales para que los profesionales desempeñen sus tareas, reclama por mejoras salariales y protesta contra el vaciamiento de los hospitales provinciales.

Alta Gracia no es ajena a esta situación. La pandemia no es el único desencadenante del conflicto, sino que los problemas comenzaron mucho antes de que se detectara el primer caso de covid-19 en el mundo. En 2016, los trabajadores realizaron una manifestación reclamando por mayor personal. Profesionales que se jubilaban y no eran reemplazados era el principal motivo del vaciamiento. “Hay especialidades que se han perdido porque los profesionales se han jubilado y no han tomado nuevos. Por ejemplo, esto sucede en oftalmología, Pap (que se hacen acá y hay que enviarlos a Córdoba) y ORL” explicó Jorge Crettón en diálogo con Sumario Noticias en 2019. Delegado del Sindicato de Empleados Públicos, gremio que en octubre de 2019 publicó una carta denunciando una “situación límite” en el Hospital Arturo Illia.

“La falta de personal en los hospitales provinciales, denunciada reiteradamente por nuestra organización, ha llegado a un punto límite. Esta situación se verifica particularmente en las áreas de Enfermería y Administración de todos los establecimientos de la Provincia, en donde están claramente afectados la atención de los pacientes y el financiamiento del servicio de apoyo, particularmente los servicios informáticos y administrativos, virtualmente paralizados por falta de personal para ejecutarlos” advertía la carta publicada por el SEP el año pasado. La directora Mariana Garay respondió el reclamo señalando que el ausentismo de los trabajadores por razones médicas era uno de los principales problemas de sobrecarga de trabajo: “Suele ser complejo porque tenemos una alta tasa de ausentismo en lo que son carpetas médicas y carpetas médicas prolongadas” explicaba a este medio.

En aquel momento, la preocupación era la proximidad del periodo de vacaciones de los trabajadores y la falta de personal. Cinco meses más tarde, el coronavirus llegó a Argentina.

El 2 de noviembre, la única gastroenteróloga del Hospital Arturo Illia, Mariana Jumene, fue despedida luego de reclamar por unas horas extra que no estaba cobrando. La UTS ya había anunciado un paro para el 10 de ese mes y el apoyo a la médica fue masivo. El pasado 3 de diciembre, hubo una nueva medida de fuerza. “Los trabajadores nos manifestaron su apoyo a la doctora Jumene y luego nos contaron que la realidad del Hospital es que faltan insumos, personal de enfermería, asistentes, que los médicos de guardia eran siete y ahora entre uno u tres, que faltan medicamentos en farmacia. La cantidad de habitantes en el Departamento no es la misma que hace años y ha disminuido la atención por todo esto” relató a Sumario Noticias el concejal Marcelo Jean.

10 años de vaciamiento

Roberto Ares es delegado de la Unión de Trabajadores de la Salud y en diálogo con este medio explicó la situación en el Hospital. “Yo hace 10 años que trabajo en el Hospital. Siempre las quejas las hicimos en dirección en forma verbal y nos escucharon, pero nunca nos dieron solución” señaló el médico. “Hace 10 años, eran 350 los que trabajaban y ahora somos 280.  Hay que considerar que la población creció muchísimo en ese tiempo. El servicio de anatomía patológica estaba a cargo de la doctora Firley, se cerró en diciembre y hoy es un depósito de enfermería. El servicio de citología que estaba a cargo de Nora Ionadi se cerró el año pasado y ahora es una habitación de guardia” detalló algunos casos.

"Esta situación no es nueva. Sucede cuando se jubilan profesionales y no son reemplazados. Hay un vaciamiento del sistema de salud que viene desde hace tiempo. No podemos permitir que sigan vaciando el sistema de salud en medio de una pandemia" enfatizó Ares.

El reclamo por mayor personal y mejores condiciones laborales tiene una larga historia. Cada año, hay menos personal y más habitantes. La crisis económica de los últimos años aumentó la demanda en el sistema de salud público sobre el privado. En noviembre hubo una manifestación, en diciembre otra y la situación en el Hospital Regional es cada vez más complicada.