El suicidio, problema social y de salud pública

(Sumario Noticias, de nuestra redacción) A nivel mundial, el suicidio constituye un enorme problema de salud pública. Cuando se trata esta problemática, una primera clave es entenderlo en toda su complejidad y jamás reducirlo a un único motivo.

Por su gran magnitud e impacto, debe leerse desde varias perspectivas y pensarse como un fenómeno atravesado por un aspecto privado y otro social. El primero involucra el derecho a la intimidad y el respeto a la situación que vive el grupo familiar afectado. En cambio, el aspecto social involucra a todas las instituciones de la comunidad, que deben acceder a información confiable para poder fortalecer las acciones de prevención y promoción de la salud, en especial para las poblaciones más sensibles, que según definió el Ministerio de Salud de la Nación, la componen los adolescentes y los adultos mayores.

Es por eso que, cuando se produce un suicidio, es sumamente importante el modo en el que los medios de comunicación lo informan. Porque estos casos pueden influir negativamente en otras conductas. Es decir, ciertos tipos de cobertura periodística e informativa pueden generar un efecto imitativo de esta acción. 

El pasado fin de semana, el tema del suicidio ocupó espacios importantes en la prensa nacional e internacional por la muerte del futbolista Santiago "Morro" García, jugador de Godoy Cruz. Sin embargo, otros casos sin nombres famosos impactaron últimamente en el Valle de Paravachasca.

En el departamento Santa María, se produjeron dos casos que conmocionaron a la población. La continuidad de los  hechos y su cercanía en el tiempo podrían repensarse como producto de la imitación. Primero uno, luego otro. Sin embargo, esto sería reducir la problemática a una conducta imitativa. Y como se adelantó, se debe evitar reducir la causa de suicido a un solo factor. 

El caso de Marcia Acuña, ocurrido el martes 6 de enero en la localidad de San Isidro, generó un gran dolor e incertidumbre. Pero también mostró la falta de contención de las distintas instituciones, la falta de políticas públicas de prevención y si se quiere, la poca presencia del Estado para estos casos.

Claudio Peña el jefe comunal de Villa San Isidro, luego de que se encontrara el cuerpo sin vida de la joven, detalló a los distintos medios de comunicación locales, cómo se desarrolló el operativo de búsqueda, el cual duró cinco largos días, en los que trabajaron arduamente Bomberos, Policía, Defensa Civil y vecinos de la zona. Estos últimos, luego de la tragedia, decidieron marchar pidiendo "investigación, juicio y condena por el suicidio femicida de Marcia Acuña" apelando a una hipótesis vinculada a la violencia de género.

Sin embargo, cada vez más, este evento debe analizarse desde su alcance colectivo, como problema sanitario y social. Entendiendo a la salud de una manera integral, no solo abarcando a la salud física o el bienestar físico, sino también a la salud emocional, mental y social de cada persona.

Según trascendió, Acuña acudía  a un profesional psiquiatra. Y luego de su muerte, la Comuna de San Isidro incorporó a una psicóloga más al equipo, la cual se encuntra trabajando en el área social de dicha localidad.

Consultada al respecto, la licenciada en Psicología de Alta Gracia, Romina Seltzer explicó a Sumario Noticias que cuando ocurren estos casos tan complejos, en general "suelen haber indicios o indicadores de alarma, ya sea porque la persona lo verbaliza explícitamente o porque se observan conductas que suscitan la intención".

Para ambos casos, según indicó la licenciada, "jamás se deben desoír las intenciones del paciente, ya que son plenas señales de alarma. Y allí es cuando se debe trabajar en conjunto, con una red, en la que están implicados diferentes actores, como los profesionales de la salud, las familias, las escuelas en el caso de los jóvenes, es decir; las diferentes instituciones"; detalló, Seltzer.

Además, agregó que para poder dar respuestas adecuadas, es necesario contextualizar la problemática desde la singularidad de cada situación. En este sentido, es necesario tener en cuenta que la adolescencia es un periodo de grandes transformaciones subjetivas, y el adolescente puede atravesar momentos de mucha vulnerabilidad. Por ello, es fundamental el acompañamiento del adulto desde un lugar de escucha respetuosa y de reconocimiento y validación hacia lo que está viviendo.  

De esta manera, el suicidio cuando se produce, no solo afecta a la familia o a los seres más cercanos, sino que es un hecho tan fuerte y tan intenso que pone en  cuestión a toda la comunidad y a todas las instituciones. No se trataría, entonces de tratar de comprender qué sucedió, ni buscar responsabilidades  o chivos expiatorios, sino de fortalecer a la comunidad y apelar a intervenciones en las que se contenga, acompañe y cuide a las personas ante el padecimiento del dolor.

En Alta Gracia, se puede encarar un tratamiento psicológico público en el Hospital Arturo Illia, sacando previamente un turno a través de Mesa de Entradas. Y en el resto del Departamento, los distintos Dispensarios cuentan también con equipos de profesionales, que primero te asignan un turno, luego realizan una entrevista previa y finalmente, derivan al profesional correspondiente para cada caso.

A continuación, se adjuntan una serie de medidas de prevención, emitidas por el Ministerio de Salud de la Nación para tener en cuenta:

• La persona que se suicida no desea morir. Quien tiene ideas suicidas está transitando una situación de ambivalencia en su vida, es decir, desearía morir si su vida continúa de la misma manera, pero desearía vivir si se produjeran cambios significativos en ella.
• Se cree que el que dice o amenaza con quitarse la vida, no lo hace, sin embargo, la mayoría de las personas que se suicidan, hicieron saber el propósito de acabar con su vida.
• Toda persona antes de cometer un intento de suicidio evidencia una serie de señales que de ser detectada a tiempo puede ayudar a evitarlo. El suicidio no ocurre sólo por impulso.
• El suicidio o intento de suicidio puede ocurrir durante un proceso depresivo o no.
• Los comportamientos suicidas se han asociado con depresión, abuso de sustancias, esquizofrenia y otros padecimientos mentales, además de comportamientos destructivos y agresivos. Sin embargo, esta asociación no se debe sobrestimar. No hay una relación directa entre el sufrimiento que padece quien desea terminar con su vida y los padecimientos o enfermedades mentales.
• Hablar con una persona sobre sus intenciones de matarse no incrementa la posibilidad de cometer suicidio. Dialogar sobre el tema reduce la posibilidad de cometerlo y puede ser una oportunidad para ayudar a quien está padeciendo.
• No debe asociarse el suicidio y el intento de suicidio con acciones de cobardía o valentía, tampoco con hechos románticos o heroicos. No es menor destacar que la acostumbrada asociación que se realiza desde los medios de comunicación del suicidio con hechos delictivo al anunciarlos en las secciones policiales, debe ser cuestionada.
• Suele afirmarse que los niños no se suicidan. Sin embargo, una vez que un niño adquiere el concepto de muerte puede cometer suicidio.
• La tendencia al suicidio no es hereditaria. Lo que sí puede trasmitirse por medio de la educación es la visión sobre el suicidio como una forma de solución a los problemas.

Cómo prevenirlo

• Reconociendo los signos de alerta: aislamiento; persistencia de ideas negativas; dificultad para comer, dormir y trabajar; desesperanza; llanto inconsolable; repentino cambio de conducta.
• Mostrando interés y apoyo.
• Respetando las diferentes expresiones de sentimientos.
• Eliminando prejuicios. El suicidio no es ni bueno ni malo, tampoco un hecho delictivo, es una situación de sufrimiento.
• Desde casa, desde la escuela, desde cada espacio, motivando a las personas para que hablen sobre cómo se sienten; para que tengan vínculos saludables; para que tomen decisiones de manera autónoma; para que aprendan a manejar situaciones de estrés y dificultad; para que aprendan a perseverar cuando la ocasión lo requiera y a renunciar cuando sea necesario; para que tengan buena autoestima; para que desarrollen habilidades e inteligencia emocional para resolver problemas.
• El desarrollo de habilidades sociales previene el suicidio.
• Tené en cuenta que estar atentos es la forma de acompañar; el diálogo no es un interrogatorio, sino compartir un momento.
• Si la persona no accede a realizar un tratamiento no hay que obligarla. Seguir acompañando y dialogando, mientras uno mismo realiza una consulta con un profesional

Si estás preocupado por alguien o necesitás acompañamiento, no estás solo. Podés pedir ayuda:

• a tus amigos
• a tu familia
• en el Centro de Salud más cercano a tu casa
• en el Hospital
• en tu Escuela
• en el Club de tu barrio
• en la Iglesia

Además, existe una línea telefónica que brinda asistencia  personal, confidencial y anónima a personas en crisis o riesgo de suicidio en la línea de prevención del suicidio. Si usted, o algún familiar o allegado suyo, está atravesando una crisis emocional de cualquier tipo puede comunicarse al (011) 5275-1135.