Volviendo a vivir

DONACIÓN DE ÓRGANOS

Edición Impresa 05 de junio de 2020 Diario Sumario

El 30 de mayo se celebró el Día Nacional de la Donación de Órganos. La fecha conmemora el nacimiento del hijo de la primera paciente que dio a luz después de haber recibido un trasplante en un hospital público. Al día de hoy, los números del Incucai - Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante – indican que son 7.140 las personas que necesitan un trasplante para salvar su vida. En 2004, Enrique Digionantonio, más conocido como Kike, fue una de ellas.

 

El diagnóstico

Enrique fue diagnosticado hace más de 15 años con una miocardiopatia dilatada por insuficiencia cardiaca. En ese momento tenía 18 años y el diagnóstico lo tomó por sorpresa. “Hasta el 2004 yo era un chico con una vida completamente normal. Hacia actividad física, artes marciales, trabajaba, estudiaba, lo que hace cualquier joven de 18 años. Un día empecé a sentir un dolor en la boca del estómago, que eran cada vez más agudos y más fuertes. Entonces fui al Hospital Regional acá en Alta Gracia. Me hicieron mil estudios, ecografías y después de una Ecografía Doppler ven que tenía el corazón sumamente dilatado. Por la forma en la que estaba mi corazón los médicos supieron que yo tenía poco tiempo de vida, que me estaba muriendo”, recuerda Enrique, que agrega que, si no fuera por los problemas de estómago, nunca se hubiera enterado de su afección cardíaca. “Yo era completamente asintomático, nunca tuve ningún indicio, ninguna molestia, ni dolor en el pecho o falta de aire, ni nada que tenga que ver con el corazón”.

Su afección cardíaca, iba generando un sinnúmero de problemas en el resto de su cuerpo. Uno a uno, sus órganos empezaban a fallar, lo que lo llevó a permanecer por un tiempo internado en la Unidad de Terapia Intensiva del hospital Arturo Illía. Allí fue la primera vez donde casi pierde la vida. “Todo el personal del Hospital, en especial el doctor (Jorge) García, al que siempre le voy a estar agradecido, hicieron lo humanamente posible para que mi corazón pudiera trabajar a ritmo y no pararse, pero no se podía hacer más nada por él”, recuerda Enrique.

 

El transplante

En marzo de 2004 el equipo médico decide realizar su traslado al Hospital Córdoba, en la capital provincial. Allí, Enrique permaneció internado casi un año, hasta enero del 2005, pasando un cumpleaños, una Navidad y un Año y Nuevo dentro del hospital. “Todo ese año mi papá durmió en el suelo para acompañarme. Mi mama trabajaba por dos mangos y lo poco que ganaba lo usaba para comprar comida y llevarle a mi papá. Para toda la familia fue una experiencia muy movilizadora”.

Finalmente, el 20 de febrero de 2015, Enrique pudo recibir su trasplante cardíaco en el Hospital Italiano de la ciudad de Córdoba. “Fue como una película, pero fue realidad, tuve muchísimos paros cardíacos, tenía riesgo de muerte súbita… y finalmente llegó mi corazón”.  “Cuando te toca vivir algo así, te cambia la perspectiva de cómo ves la vida. Te pone los pies sobre la tierra. No es que estés pensando todo el día que te vas a morir, pero inevitablemente te hace ver las cosas de otra forma. Te volves consciente de muchas cuestiones, como que la vida es el día a día, y tratas de disfrutarla lo más que se pueda. Te volvés agradecido, con Dios en primer lugar, y fundamentalmente con la familia del donante, porque a pesar de tanto dolor tuvieron la fuerza de tener ese gesto de amor. Mi familia, mis padres, comparten también el podio de agradecimientos”.

El después

Luego de la cirugía, Enrique tuvo que realizarse biopsias de corazón una vez por semana durante los dos primeros meses y luego cada 15 días. A los seis meses fueron dos por años, y en la actualidad el chequeo es anual. Los controles de rutina incluyen también análisis de sangre para ver el nivel de medicación en sangre, y la administración de inmunosupresores para prevenir el rechazo del órgano. Más allá de todos los controles, su vida es totalmente normal, y hoy, con 34 años, es el padre de dos niñas.

Enrique remarca la necesidad de tomar conciencia con respecto a la donación de órganos. “Es muy importante que la gente entienda, que se dé cuenta, que sepa que tiene el poder de cambiarle la vida a mucha gente”.

 

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