Los dilemas de la transición

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Edición Impresa 08 de noviembre de 2019 Diario Sumario

Por Jorge Conalbi Anzorena
Director Periodístico

Aunque se trate de una constante del mundo globalizado, pocas veces el devenir de Alta Gracia ha dependido tanto de la situación internacional. A un mes de sentarse en el Sillón de Lepri, la incertidumbre sobre el futuro de la economía condiciona al intendente electo y condiciona el diseño de su futura acción de gobierno. Si bien Marcos Torres Lima repite una y otra vez que su gestión constituirá la continuidad de la de su hermano Facundo, también señala que su prioridad será la construcción de infraestructura básica: agua y cloacas. Sin embargo, algunos planetas deben alinearse.

La contundente victoria de Alberto Fernández en primera vuelta no sólo constituye que volvieran quienes la derecha argentina soñaba con que no regresarían más. También constituyó un freno a la recomposición conservadora de América Latina de los últimos cuatro años. El presidente electo argentino asumirá con Evo Morales reelecto en Bolivia, al tiempo que la restauración neoliberal en Brasil y Ecuador ya comenzó a transitar una espiral que podría poner fin a esos procesos. Por si faltaba algo, Chile -el alumno del retrato que el neoliberalismo mostraba cuan abuela babosa- estalla en pedazos en una crisis económica y política sin retorno.

La guerra comercial entre Estados Unidos y China, que Donald Trump ahora amenaza extender hacia la Unión Europea, tiene en América Latina un teatro de operaciones estratégico. La misteriosa base de investigación que el gigante asiático instaló en la Patagonia -con el visto bueno e impulso de Cristina Kirchner, primero, y Mauricio Macri, después- le quita el sueño a los halcones del Pentágono y del Comando Sur. Nadie sabe –porque Argentina resignó hasta su poder de inspección en el lugar- qué función cumple la gigantesca antena instalada en esa base a la que sólo se puede ingresar con autorización del gobierno chino. La sospecha más firme apunta a un sistema capaz de escudriñar en todo tipo de comunicaciones realizadas en el país. De allí la preocupación norteamericana, a la que no le gusta nada la competencia en esta materia.

Desde hace más de dos décadas, China lleva adelante un proyecto neocolonialista muy consolidado en África, que en los últimos años comenzó a tratar de instalar en América Latina. La pelea de fondo son los recursos naturales de ambos continentes. En Estados Unidos hay una profunda preocupación por la creciente influencia china en lo que considera su “patio trasero”. La felicitación de Trump a Alberto Fernández, seguida de la promesa de ayuda ante el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el declarado interés por un encuentro personal se basan en esa preocupación por sobre las diferencias ideológicas con el argentino.

La reciente visita a México de Fernández obedeció a un doble propósito. Por un lado, la necesidad de conformar un nuevo bloque progresista continental, que el presidente electo imaginó liderado por el mexicano Andrés Manuel López Obrador (Amlo). Por el otro, tender lazos comerciales con el país azteca, ante la tormentosa relación que Jair Bolsonaro impulsa entre Argentina y Brasil.

Si bien Fernández no logró seducir a Amlo para que encabece el bloque que imagina, sí se trajo de México la promesa del incremento de compras de granos argentinos. Como era de esperar, le pidieron que libere el cupo que rige para la industria automotriz mexicana, que este año enfrentó una seria crisis. Luz de alerta para las plantas cordobesas de Santa Isabel y Ferreyra, vinculadas a la producción y consumo brasileños. Aunque el impacto de las automotrices en Alta Gracia está muy lejos de parecerse al que décadas atrás dio origen a los barrios Cámara y Cafferata, tampoco habría que soslayar los efectos que pudiera generar en la ciudad un acuerdo de libre comercio automotriz con México.

Después de votar
En la mesa chica de Juan Schiaretti se celebró el resultado de las presidenciales del pasado 27 de octubre. La debilidad en la Cámara de Diputados del futuro Presidente de la Nación -fruto de la amplia ventaja que Cambiemos logró en las legislativas de 2017- convierte al mandatario cordobés en uno de los interlocutores con capacidad de aportar cuatro diputados al interbloque del peronismo en la cámara baja, negociación mediante, claro está.

Córdoba sufre, como todo el país, una fuerte caída en la recaudación, fruto del empobrecimiento generalizado que Mauricio Macri supo construir. También padece la fuerte merma de ingresos coparticipables por la decisión del gobierno nacional de eliminar indiscriminadamente el Impuesto al Valor Agregado (IVA) a los alimentos y la reducción del Impuesto a las Ganancias. Además, Córdoba es una de las seis provincias endeudadas en dólares. El salto del dólar de 45 a 60 pesos implicó un incremento de 40 mil millones de pesos en su stock de deuda. Aunque el gobierno aún cree que la situación es “manejable”, la agenda de vencimientos se hará más pesada a partir de 2020 y la provincia podría necesitar avales del gobierno nacional para refinanciar deudas, de ser preciso.

Entre esas deudas figura la adquirida con fondos kuwaitíes con los que se financian los acueductos cordobeses emprendidos por la última gestión de Schiaretti. La ampliación de la planta potabilizadora de Alta Gracia y la construcción del acueducto a Valle Alegre, se costean con esos recursos. Con esa obra prevé Torres Lima dotar del servicio de agua a los barrios y loteos del norte de la ciudad.

Del extremadamente trabajoso plan que Alberto Fernández diseñe para satisfacer tanto a los acreedores externos como a los empobrecidos deudores, contemplando el equilibrio en el abanico de alianzas que lo llevó a la presidencia y la necesidad de administrar la enorme expectativa popular depositada en él, se definirá también la relación entre la Nación y Córdoba. La paz o guerra que signe esas relaciones acarreará consecuencias económicas para los municipios.

Sin nombres
A Marcos Torres Lima la incertidumbre no sólo lo afecta en cuanto al futuro económico. El intendente electo aún no logra definir su futuro gabinete. Es que, aunque se descuenta que no habrá grandes cambios en un gobierno que se define como la continuidad el anterior, el incierto futuro político del actual Intendente no permite anotar nombres definitivos en la lista.

Se descuenta que Facundo Torres Lima ingresará en el gobierno provincial a partir del ciclo que se inaugure a partir del próximo 10 de diciembre. Pero nadie sabe en qué casillero recalará el legislador provincial electo. Días atrás, una versión periodística la capital lo colocó en lo alto de la vidriera, ocupando o bien el Ministerio de Gobierno o el de Obras Públicas. Sin embargo, en el entorno de los hermanos Torres Lima optan por la cautela y recuerdan que en su momento también circuló su nombre como posible candidato a vicegobernador y luego como cabeza de lista de la nómina al Congreso de la Nación.

Hasta el momento de esa definición, tampoco queda claro cuál o cuáles de los miembros del equipo de gobierno partirán junto a Facundo a ocupar puestos en el gobierno provincial. De allí las dificultades de Marcos para terminar de definir un gabinete en el que, además, deberá contemplar los acuerdos políticos que le permitieron al torrismo retener el gobierno de Alta Gracia.

Desde todas las usinas, se señala que superar el escenario de tierra arrasada que deja el macrismo supondrá tiempos difíciles, con cada vez márgenes de acción menos independientes para los municipios.
 

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