Huertas familiares: una práctica saludable y en expansión

EDICIÓN IMPRESA

Edición Impresa 28 de octubre de 2017 Diario Sumario
Por Stefanía Tomalino
De Nuestra Redacción
 
El terrenito del fondo, un rinconcito en el patio, un cajón de manzanas o un almácigo en donde se siembran para después trasplantar. Muchas son las opciones para desarrollar una huerta orgánica, pero lo principal son las ganas. 

La posibilidad de cubrir las necesidades de autoconsumo mediante la producción casera de alimentos sanos, libres de pesticidas, recuperando la cultura que años atrás movilizara a nuestros abuelos, es lo que impulsa hoy a muchas personas que han tomado la decisión de trabajar en sus propias huertas y consumir sus productos en el hogar. Sus cultivos están basados en el respeto a los procesos naturales de los alimentos que se siembran, utilizando fertilizantes naturales y evitando bajo cualquier punto de vista el uso de pesticidas no naturales.

Desde amplias parcelas de terreno hasta balcones en los edificios, hoy las huertas orgánicas y familiares cobran cada vez más impulso. 
 
El próximo jueves 2 de noviembre tendrá lugar el Taller de Huerta Orgánica y características de los suelos, organizado por la Secretaría de Ambiente. El Taller se desarrollará en la Casa de la Cultura a partir de las 15 y será dictado por Ximena Steffanini, del INTA, y Susana Ahuir, de la Municipalidad.
 
 
"La naturaleza es sabia: con agua, sol y dedicación, la huerta es real” 
Susana Ahuir: Responsable del área de Educación Ambiental de la Municipalidad de Alta Gracia

Llega esta época y aumentan las ganas de hacer cosas al aire libre. ¿Quién no ha suspirado frente a la huerta de una vecina o se ha quedado maravillado de comer tomates que saben a tomate, recién cortados del patio de un amigo? Pero del deseo a la concreción… Hay una distancia grande y cultural entre decir  "voy hacer una huerta para consumir” y poder lograrlo. Susana Ahuir derriba los mitos en relación a esta tarea y explica que "la naturaleza es sabia: con agua, sol y dedicación, la huerta es real”.

¿Cómo surge la idea de realizar  los cursos y  a quiénes están dirigidos?
Desde 2013, venimos dando cursos relacionados con temáticas ambientales. Las instituciones educativas, las ONG y los Centros Vecinales son los que más demandan este tipo de actividades. Ante la gran demanda y el interés que surgió este año tomamos la decisión de impulsar los cursos de huertas familiares. El año pasado, tuvimos 143 huertas familiares estables y hoy ese número ascendió a 400. Por ello, decidimos poder acercarle a la gente las herramientas para que sepan cómo realizarlas. Es importante reconocer la diferencia entre las huertas familiares, las comunitarias y las que son para la venta de productos, porque cada una requiere de diferentes especificaciones y cuidados.  

¿Cuáles son las causas que han motivado el auge de las huertas familiares?
Hay dos factores: la cuestión saludable y la económica. La gente cada vez se interesa más por saber qué es lo que come, hay una nueva conciencia con respecto a este tema. Además, por supuesto están los beneficios financieros, siempre es más económico comer lo que se produce en casa. 

¿Cuáles son los principales pasos para hacer una huerta en nuestro hogar?
El tema del suelo es uno de los factores más importantes. En Alta Gracia, no tenemos grandes problemas con respecto al tipo de suelo, entonces si tengo un pedacito de tierra, simplemente hay que hacer un movimiento de tierra, tirarle residuos orgánicos o compost, regar y dejar asentar. También, si tenemos poco terreno, se puede hacer la asociación de verduras, plantando juntas las verduras que son de raíz con las que van hacia arriba: zanahoria y lechuga, rabanito y acelga por ejemplo. 

Como el clima está tan cambiante, yo aconsejo que la primera siembra se haga en almácigo, y cuando la planta haya crecido y esté más fuerte, trasplantarla al terreno definitivo. Las huertas necesitan mucho sol y mucha agua. En verano, es aconsejable regar a la mañana o a la noche, porque en el momento de mucho calor es probable que las plantas se quemen con el agua. En cambio, en invierno, se aconseja regar durante la siesta, en el momento de mayor calor.

La gente que no dispone de terreno ¿puede tener su propia huerta?
Hoy en día no hace falta tener un pedazo de terreno. Se puede hacer en cajones de madera, en macetas, incluso hasta en cajas de cartón, porque te va a durar hasta la cosecha, el secreto es perforar la caja por abajo y los costados. Hoy se puede hacer en muchos recipientes, primero hay que pensar qué tenemos en casa y desde ahí empezar. 

¿Cuáles son los beneficios de tener una huerta familiar?
Los grandes beneficios son la posibilidad de comer de una forma más saludable. Después también está el factor económico, ya que resulta mucho más barato que comprar la verdura. Además de estos dos grandes beneficios, es terapéutico. Hay personas mayores, por ejemplo, que no saben qué hacer con su tiempo, y ver cómo va creciendo esa huerta les da muchas satisfacciones. Pero también es muy terapéutico para la gente joven. Hoy se está usando mucho la modalidad de talleres sobre huertas ecológicas como laborterapia y asisten personas de todas las edades. 
 



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