Bebé golpeado: regresó a casa entre globos, lágrimas y serena alegría

(Alta Gracia de nuestra redación). “Abel ahora necesita de mucho amor, de mucho afecto, de mucho cariño, es lo mas importante para que pueda salir adelante”. A quien lo escuchara, o acercara un micrófono, el abuelo de Abel Nicolás - Juan Alberto, de 48 años y padre de seis hijos, repetía con solvencia y emoción contenida. “Imaginese, -señalaba- ahora tengo que acordarme de como ser padre, porque al último hijo que tuvimos fue hace catorce años”. El abuelo, que junto a su mujer cumplirán ahora el rol paterno y materno parece esperanzado y confiado en poder hacer frente al encargo que la vida le puso adelante: cuidar y velar por la vida y la salud de su nieto. Emotivo recibimiento Cuando el Renault Logan color gris del Ministerio de Desarrollo Social, detuvo su marcha al frente de la casa de la familia, se produjo un revuelo. Una nutrido grupo de familiares y vecinos, mayoritariamente mujeres con niños y niñas de corta edad, querían estar presentes en la llegada del bebé y sus abuelos desde Córdoba. La abuela descendió con el crío entre brazos, envuelto en una manta y bien abrigado, y fue cuidadosamente abordada por quienes querían ver al recién llegado. Pero al pequeño no se lo podía ver. Ya en el interior de la casa, ubicada en Arzobispo Castellano al 800 de barrio Sur, junto a las vías, el pequeño pudo ser visto por los presentes, que entre tomas de fotografías, una alegría que no terminaba de ser total y los sollozos de todos, pudieron verlo al niño ahí, sanito y entero. (Leer nota completa en la edición impresa 533, del viernes 28 de septiembre de 2012)