Un año circular

Géneros

Edición Impresa 29 de diciembre de 2020 Diario Sumario

“Ahora que estamos juntas, ahora que sí nos ven” corearon a viva voz más de un millar de manifestantes en la marcha que se realizó por calles Sarmiento, Padre Viera y Belgrano el pasado 8 de marzo. Poco podían prever aquellas manifestantes en el Día Internacional de la Mujer Trabajadora que faltaría mucho tiempo para que se pudiera copar nuevamente de esa manera el espacio público. Incluso, más difícil de adivinar era que el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio implicaría una gran desconexión entre las redes de contención en los casos de violencia de género. Ni tampoco era previsible que la cantidad de denuncias y femicidios se incrementaría a causa de la soledad de mujeres encerradas en sus hogares con los agresores.


En cuanto a la lucha y reivindicación de derechos de las mujeres, el 2020 no transitó un tiempo lineal, sino uno circular. El primero de marzo, miles de militantes celebraron cuando Alberto Fernández, al iniciar el periodo legislativo, anunciaba que en los próximos diez días enviaría al Congreso de la Nación un proyecto de aborto legal. Sin embargo, los planes fueron modificados por la emergencia sanitaria. Dos días después de ese anuncio, se registraba el primer caso de coronavirus covid-19 en Argentina y el 20 de marzo comenzaba el aislamiento social. 

Las calles estuvieron vacías por meses. La protesta social quedó restringida a las declaraciones públicas de los referentes o las redes sociales. La falta de circulación y la atención al público resentida en numerosas entidades dificultó la realización de denuncias formales sobre violencia de género. Pero las consultas a la línea del Polo de la Mujer y al 144 se incrementaron, principalmente en la primera fase de la cuarentena.


Los reclamos sobre los derechos de las mujeres tuvieron que centrarse en la prevención y abordaje de la violencia y en el entramado de redes. Aplicaciones para celulares destinadas a avisar a contactos de emergencia en caso de agresiones y atención de manera remota en los centros de asistencia a las víctimas fueron algunas de las medidas que se implementaron en medio de la emergencia.


2019 fue un año récord en la cantidad de víctimas fatales por la violencia machista. Ese año, hubo 327 femicidios registrados según el observatorio “Ahora que sí nos ven”. El mismo organismo contabilizó 297 registros entre el 1 de enero y el 30 de noviembre de 2019. En un periodo casi idéntico -1 de enero a 20 de noviembre- este año, la cifra arrojada fue de 267. Pese al aumento de las denuncias y las dificultades para fortalecer las redes con el aislamiento, en el año de la cuarentena hubo menos asesinadas.


El espacio por excelencia para la militancia feminista es en las calles, en las plazas, en los lugares públicos. Marchas, pañuelazos, asambleas, sentadas, son las acciones que este movimiento adopta para visibilizar sus reclamos. El aislamiento descolocó al feminismo, cuya actividad tuvo que reducirse a encuentros virtuales y expresiones en redes sociales.


En junio y julio, comenzaron las primeras manifestaciones en vehículos, en donde algunos sindicatos o movimientos empezaron a convocar a caravanas y bocinazos. En agosto, en Alta Gracia se realizó por primera vez una manifestación de grupos antiderechos opositores a la legalización del aborto. Doce automóviles recorrieron el centro de la ciudad con globos celestes y consignas en contra del proyecto de ley que reclamaba el movimiento feminista.


A medida que la emergencia sanitaria estuvo controlada y el año finalizaba, la exigencia del tratamiento del proyecto de ley de interrupción voluntaria del embarazo fue mayor. La urgencia de la consigna “Aborto legal 2020” radicaba en dos cuestiones: evitar cuanto antes la continuidad de las muertes de personas gestantes en abortos clandestinos y la dificultad de que el tema se debatiera en un año electoral como será el 2021.


Con distanciamiento social y uso de barbijo, el 18 de noviembre, el color verde volvió a protagonizar una manifestación pública en la explanada de la Estancia Jesuítica. Aproximadamente un centenar de personas participó de un pañuelazo, en una actividad organizada a nivel federal por la Campaña Nacional por el Aborto Legal. Una semana más tarde, en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia hacia la Mujer, se realizó una marcha por las calles céntricas y el reclamo por el derecho al aborto fue uno de los principales.


Finalmente, el 30 de noviembre, comenzó el debate sobre el proyecto de interrupción voluntaria del embarazo en la Cámara de Diputados. La noche del 10 al 11 de diciembre, cuando la ley obtuvo media sanción, las calles se llenaron de militantes con pañuelos verdes: desde la Plaza de los dos Congresos en Buenos Aires, el Museo de Antropología de Córdoba e incluso en la explanada de la Estancia Jesuítica, se realizaron vigilias que siguieron atentamente el debate.


Con la emergencia sanitaria contenida, las medidas de distanciamiento -pero no aislamiento- social y la mayor circulación, la rueda volvió al mismo punto del 1º de marzo de 2020. El ojo, ahora, está puesto en el debateen el Senado. Este martes 29, la Cámara Alta del Congreso de la Nación determinará si el derecho al aborto es ley.
 

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